Lo Mejor de Retos Femeninos - Junio 2021

43 distanciamiento social, la necesidad del cubrebocas que evitó compartir sonrisas, el cambio radical en la tecnología y los negocios, fueron medidas necesarias para reducir la propagación del COVID-19. Esas mismas medidas que protegieron, también impactaron a la mente y alteraron los sentimientos. La sensación de aislamiento en casos hasta de incomunicación condujo a incrementar la incertidumbre y frustración que a su vez creo más estrés, depresión y ansiedad La falta de conexión social y la impotencia por no haberse podido comunicar directa y libremente fomenta el sentimiento de insolación y hundimiento que hoy en día florece en muchos contextos de las relaciones. La depresión y la angustia se pueden encontrar no solo en adultos, sino que también en niños y jóvenes. Las personas están tristes, enojadas y no entienden muchos de los sentimientos que están viviendo. Para poder sanar, será importante aceptar y reconocer que se necesita del apoyo y la contención de los unos y los otros. Sola es imposible restablecer y mejorar la sensación de vacío que se encuentra latente en la mayoría de las personas. El mejor antídoto para poder combatir a la depresión es la expresión. Platicar y ser escuchada, ver y estar en reuniones sociales, retomar el contacto humano es una necesidad y una prioridad. Las palabras nobles son valiosas, las relaciones humanas son vitales, juntas crean lazos que nutren al alma. Cuando una se puede comunicar y tiene forma de expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos, su posibilidad es mayor para crear conexiones y sentirse querida, condiciones importantes para vivir en plenitud y tener balance emocional. El no hablar, no expresar los sentimientos personales y sólo remitirse a las redes sociales y los comentarios plasmados en un texto, son cuestiones que contaminan y alienan a la mente, confunden los pensamientos, y de paso, aumentan y distorsionan la magnitud de la información que se escucha y se comprende. Es fácil perder el balance emocional cuando no hay con quien conversar y no se puede expresar sinceramente lo que se siente. LA RECETA Sanando la depresión Ingredientes: Aceptación – reconocer las condiciones actuales y visualizar la necesidad de sanar Valor y Compasión – fortaleza para resistir la incomodidad y fuerza para contener el dolor Gratitud – aprecio por haber sobrevivido una época difícil y alegría por la vida Ojo noble –encontrar nuevas razones positivas para reconstruir y retomar la rutina diaria Fe – esperanza y amor por la vida, encontrar el nuevo valor para vivir y cuidarse mejor Afirmación personal: Aprecio mi vida y reconozco el valor de poder vivir. Cuido mi salud y cuando lo hago, ayudo al mundo a sanar. Reconozco que la vida es mejor cuando tengo buena compañía. Las personas aligeran y alegran mis días. Poder expresarme me hace feliz. Agradezco cada día que tengo porque sé que la vida es frágil y no es eterna. Para manejar efectivamente la depresión: 1. La depresión es causada por la falta de expresión. Es necesario aprender a validar los sentimientos y encontrar la voz interna que tiene la necesidad de hablar y poderse expresar, de lo contrario surge la depresión y se siente que nada importa. 2. Aceptar y validar la depresión es el camino más directo para poder sanar. Cuando se reconocen los sentimientos personales, la persona puede tomar acciones efectivas para entender y mejorar su condición. 3. Aceptar la depresión, no quiere decir que hay que festejarla o se tiene licencia para sufrir permanentemente. Aceptar el dolor, es respetar los momentos difíciles de la vida, es poner proporción real y aprender a buscar soluciones que mejoren la percepción de la realidad. Si permites que la depresión y la angustia te roben la posibilidad de vivir, sólo aumentarás tus pérdidas y se multiplicarán las razones para ser infeliz.

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