25 Pero es muy posible que muchos de nosotros ante esa realidad que no es exactamente como nosotros pensamos que debía ser, centremos nuestra atención en el pensamiento y en el sentimiento del fracaso y hay que tener esto muy en cuenta porque mientras en tu mente predomine una convicción de fracaso, sin duda has de fracasar, o solamente podrás rescatar el beneficio del éxito que estés convencido de poder alcanzar. El pensamiento y el sentimiento, tanto sea de éxito o de fracaso, van a ser el sustento de todas las medidas que uno pueda adoptar para cambiar su realidad. El sentimiento se transforma en una especie de imán que atrae las circunstancias que van a hacer realidad nuestra gerencia. Y recuerda, es imposible que tú tengas éxito en un emprendimiento mientras pienses en el fracaso o te sientas de antemano como un fracasado. Cuando tú piensas en el éxito como una meta inalcanzable porque en tu interior te sientes como que has fracasado, ese sentimiento profundo proyecta su negatividad sobre tu realidad, culminando entonces sí, todo en un gran fracaso. Porque si yo de entrada pienso que no me va a ir bien, es una profecía de autocumplimiento. Y esto es independiente de cuál sea el área de desempeño en lo que nos estamos refiriendo. Se trate de un negocio, de un problema familiar, de nuestra vida amorosa. Hoy que tú estás intentando salir al mundo con tu nueva ropa porque hemos reflexionado sobre las creencias, la recuperación, la autoestima, la confianza, el respeto por uno mismo, lo que te va a ser atractivo en tu nueva personalidad va a ser el concepto de dignidad personal. O sea, las llaves necesarias para que tú puedas cumplir con tus sueños son la VISIÓN y la FE. Tienes que tener una visión clara de a dónde quieres llegar y debes a la vez confiar en todo ese proceso que te aproxime al éxito final. Pero… para cultivar la fe es necesario liberarnos de sentimientos que alimentan la desconfianza y las falsas creencias. Una cosa es protegerse, una cosa es tener autocrítica, una cosa es ser cuidadoso y otra cosa es ser desconfiados absolutamente de cada palabra y de cada actitud de otro ser humano. La fe basada en los principios y valores que sustentamos, nos va a orientar hacia un desarrollo exitoso de nuestros proyectos. Pero… ¿la fe en qué y la fe en quién? La fe en nosotros mismos, la fe en nuestra capacidad, la fe en nuestra integridad en el sentido de lo buenas personas que somos y las buenas intenciones que nos asisten. Ahora si tú te concentras solamente en los problemasnuncaverás lasalida. Cuandoabandones transitoriamente el miedo, estarás abriéndote a nuevas soluciones. Pero justo con ese abandono transitorio del miedo, que es en muchos momentos un mecanismo de supervivencia, tienes también que tomar medidas para cambiar pero a punto de partida de una actitud más orientada a confiar y a tener fe en que estás recorriendo el camino correcto. Nunca lo podrás saber de antemano, pero tienes esa intuición, tienes esa corazonada, que te hace decir: “me siento bien y con eso por ahora me alcanza, por ahora me es suficiente.” Lo que tienes que comprender es que en el ejercicio de la preocupación no hay inteligencia alguna. Porque la preocupación puede llegar a ser una ocupación de tiempo completo. Los verdaderos problemas a los que nos vemos enfrentados los seres humanos, no surgen de lo que nos sucede sino de las preocupaciones y de las exigencias de lo que creemos que tendría que ocurrir o de lo que tememos que no ocurra. Tú no puedes a veces monitorear cada uno de los pasos del camino que te has trazado. Tienes que tener una cierta cuota parte de confianza de que las cosas van a salir como tú piensas. Como dijo Henry David Thoreau: “Si uno avanza con fe en la dirección de sus sueños y procura vivir la vida que imagina, se encontrará con el éxito en cualquier momento.”
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