34 Gabriela Cruz Tornero www.gabycruzcoach.com ¿Está el rencor devorándote? Estás enojado, muy enojado, cargado de ira por lo que esa persona que amas o en la que has confiado ciegamente, acaba de hacer. En ese momento quisieras enfrentarlo a golpes, insultarlo y decirle, a gritos, que le deseas que le vaya muy mal en la vida. El instante colérico, a veces se transforma en decepción y tristeza, que poco a poco irá disminuyendo, en la medidaenquelapersonasealejedel “focodeinfección”; sin embargo, en otras ocasiones, va tomando la forma de rencor y deseo de venganza. Esos sentimientos se agolpan en el cerebro, haciendo que se reviva una y otra vez el evento que causó la herida, por tanto, el organismo libera noradrenalina, que es una hormona que aumenta la presión y el ritmo cardíaco, al mismo tiempo que produce dopamina y glutamato, haciendo que disminuya la serotonina y vasopresina. ¿Qué significa esta combinación de sustancias químicas? Pues conducen un aumento en la actividad respiratoria y cardiovascular que impide actuar racionalmente. Eso es correcto en el momento, porque, ante la ofensa, el cuerpo se prepara para la defensa, aunque si no existe la autorregulación de las emociones, el impulso puede conducirnos a cometer actos de los que podríamos arrepentirnos. Más tarde, la persona que no ha podido superar el coraje y necesidad de venganza, entra en estados crónicos de estrés que generan ansiedad y desencadenan malestares físicos que llegan a agravarse, hasta encontrarse con una úlcera, daño
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