Lo Mejor de Retos Femeninos - Junio 2022

17 cuando no la obtenemos, sentimos un alto grado de frustración que a menudo expresamos en forma de agresividad, de quejas, de polémicas e incluso de desprecio por los demás. Pensemos en algunos ejemplos: hemos presenciado partidos de futbol en el cual el equipo que va perdiendo empieza a cometer faltas al contario, tanto físicas como verbales. Candidatos a algún puesto político, que en lugar de plantear propuestas para los ciudadanos y hablar de lo que va a realizar, se dedica a criticar, insultar y resaltar los errores de su contrincante. Empleados que, con tal de subir de puesto, pisan y humillan a su compañero de trabajo; amigos que se traicionan entre si con el objetivo de hacerse novia de la más popular. Y así podríamos poner más y más ejemplos de cómo el ganar se ha convertido en una obsesión. Cuando en el trabajo o en nuestras relaciones estamos dispuestos a hacer trampas o a destruir al contrarioparaconseguir ganar, estacompetenciano es funcional, ya que no va destinada al crecimiento personal, sino a la pura victoria sobre los demás. Lo esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo. Y la competencia más sana: yo contra mí mismo. Competir es bueno, siempre que entendamos que con quien competimos es con nosotros mismos. No te compares con los demás. Mejor reflexiona qué tanto te estás superando tú mismo. Comparto contigo una frase de JohnWooden, famoso entrenador de basketball: “Exito es el estado de paz y serenidad interior alcanzado como consecuencia de la satisfacción de saber íntimamente que has hecho todo lo que estaba en tu mano para lograr el máximo de lo que eres capaz” Es nuestra responsabilidad decidir qué tipo de competencia elegimos, y educar a nuestros hijos en una competitividad sana, donde somos capaces de premiar el esfuerzo y la estrategia, y no el resultado.

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