30 Gabriela Cruz Tornero www.gabycruzcoach.com ¿Te preocupas o te ocupas? No saber qué sucederá porque no tienes el control absolutodelascosas,personasysucesos,seguramente te llevará a la preocupación, que es una sensación inquietante porque crees que algo negativo puede llegar a ocurrir, ya sea que no encuentres rápidamente la solución a un problema actual o potencial, o simplemente porque te sientes amenazado. Cuando mi papá rebasó los cincuenta años, acostumbraba comer conmigo al salir de su trabajo, al menos, una vez al mes. Llegaba a casa alrededor de las tres de la tarde. Comía, fumaba, conversaba un poco y después veía insistentemente el reloj, volteaba hacia la ventana, se levantaba y finalmente decía “ya me voy”. Los pretextos eran diversos: “es que se está nublando y no me vaya a agarrar la lluvia antes de llegar a casa”; “mi coche ya no es nuevo y puede fallar en el camino, prefiero que no sea de noche”; “no recuerdo si pasé a comprar lo de la cena y no me vayan a cerrar el súper”, entre muchos otros. ¿Piensas que tal vez se comportaba así debido a que no le gustaba estar en mi casa? ¡No, qué va! Eso mismo hacía en todos lados. Sencillamente, su preocupación era patológica. Preocuparse es natural y hasta positivo, porque te pone en estado de alerta ante un peligro; sin embargo, dedicar la mayor parte de tu tiempo a la preocupación derivada de múltiples acontecimientos negativos que pudieran ocurrir, es patológico, y se considera uno de los principales síntomas de la ansiedad. Peor aún si llegas a la meta-preocupación, esto es, preocuparte durante horas por el hecho de estar
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