6 electorales pero las que se han adentrado a la vida pública no se la han visto fácil, han sido victimas de violencias políticas de género. ¿Cómo se ha manifestado esta violencia? En el estado de Guerrero tenemos el caso de Antonia Ramírez Marcelino originaria de Ocotequila municipio de Copanatoyac, pueblo náhuatl, que promovió el derecho al voto de la mujer ya que estaba prohibido en la comunidad. Antonia y mujeres de su localidad interpusieron una denuncia ante el Tribunal Electoral del Estado por violencia política contra de las mujeres en razón de género, durante esta, fue víctima de amenazas y hostigamiento, y por el anonimato de las redes sociales no pudo encontrar a los responsables; pese al miedo de que lo digital se volviera real siguió con su proceso, tiempo después el órgano jurisdiccional acreditó el delito y ahora ellas en Ocotequila pueden votar y ser votadas. O el caso de Ruperta Hilario Nicolás en Iliatenco dónde mientras ella participaba en las elecciones para presidenta municipal, aparecieron pintas, en diferentes partes de su localidad, con mensajes misóginos que incitaban a dejar a las mujeres en casa, amenazas y mensajes de odio en sus redes sociales. Fue tal la violencia de género que ocasionó que el Instituto electoral de participación ciudadana en el estado de Guerrero convocara a nuevas elecciones. En casos como estos, se aplica el viejo sistema de acoso pero con nuevas caras ya que nuestra comunicación se ha vuelto en su mayoría digital, así como las campañas sociales y políticas se han dado también en el ámbito digital. Cuántas veces no hemos visto anuncios o videos de las candidatas que participan, con montajes o calumnias, infamias, injurias, mensajes que solo causan desprestigio en la campaña y a su persona, realizando una guerra sucia en razón de que es una mujer la que encabeza ese movimiento para limitar o anular el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres, el libre desarrollo de la función pública, la toma de decisiones, la libertad de organización, así como el acceso y ejercicio a las prerrogativas, tratándose de candidaturas, funciones o cargos públicos. La red luchadoras.mx nos dice que “La violencia contra las mujeres relacionada con las tecnologías son actos de violencia de género cometidos, instigados por el uso de las tecnologías, plataformas de redes sociales, causan daño psicológico y emocional, refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas, obstaculizan nuestra participación en la vida pública, y pueden propiciar otras formas de violencia física o sexual”, tomando en cuenta que existen diferentes movimientos que han unido esfuerzos para visibilizar y castigar este tipo de violencia, ya que la violencia digital es un delito y se sanciona. Debemos reforzar la educación digital, para garantizar que todas las formas de expresión estén protegidas, promover la participación de las niñas y mujeres en el ámbito social de nuestra localidad y nuestro país, reforzar las campañas ya existentes sobre la erradicación de violencia política contra las mujeres en razón de género. Esto permite romper con los obstáculos estructurales que impiden alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres, para que así, con el cuidado que se merece nuestra identidad digital y política podamos alcanzar la verdadera participación política ciudadana. *Aremy Rodríguez Santiago Ingeniera en sistemas computacionalesConsejera electoral en el distrito 05 de Guerrero en el INE Técnica de campo del Cader 04, de la secretaria de Agricultura en la región de la montaña. Miembro de la colectiva Feminista “Nosotras” de tlapa de Comonfort. Actualmente colaborando con el “rancho digital “para la elaboración de software con visión feminista. Colaboradora de la escuela Feminista, “formado ser humana y libre”
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