7 • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe. • Aumento del ritmo cardíaco. • Respiración acelerada (hiperventilación) o dificultad para respirar, según sea el caso. • Náusea y mareos. • Sudoración. • Temblores. • Sensación de fatiga, debilidad o cansancio. • Pérdida del apetito. • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual. • Problemas para conciliar el sueño. • Dificultades para controlar las preocupaciones. • Problemas gastrointestinales. • Necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad. Causas de un trastorno de ansiedad En realidad, no existe una causa específica de la ansiedad, los expertos dicen que generalmente este trastorno puede desencadenarse por ciertas experiencias de vida, como acontecimientos traumáticos o causas hereditarias. Aunque también puede deberse a un efecto secundario de un medicamento o enfermedad, así como ser el signo o síntoma de otro problema de salud, como: • Diabetes. • Tiroides. • Enfermedad cardíaca. • Trastornos respiratorios, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el asma. • Uso inadecuado de sustancias o abstinencia. • Abstinencia del alcohol o de medicamentos contra la ansiedad (benzodiazepinas). • Dolor crónico o síndrome de intestino irritable. • Tumores poco frecuentes que producen hormonas de reacción de “luchar o huir”. Tratamiento y prevención de la ansiedad Una de las formas de prevenir la ansiedad es mantenerse activo y participar en actividades que se disfruten y hagan que uno se sienta mejor consigo mismo. Inclusive el hecho de hacer ejercicio, modificar los hábitos alimenticios y ser parte de grupos de apoyo puede ser beneficioso. Para los expertos resulta importante que en cuanto una persona no pueda afrontar o realizar las tareas del día, se estrese o preocupe por pequeñas cosas es necesario buscar ayuda con un profesional. Está claro que cada caso es diferente y el tratamiento debe ser definido de forma personalizada, los métodos más tradicionales para atender la ansiedad son terapéuticos, es decir, con un psicólogo, psicoterapeuta o psicoanalista, así como psiquiátricos y farmacoterapéuticos. Además de este tratamiento, existen otras herramientas como el autoconocimiento y autocuidado que pueden ayudar con la ansiedad, como la meditación y las técnicas de respiración.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ2