8 El color en el espacio de nuestros niños Un mundo de color Llegó abril y una de las primeras cosas que llegan a nuestra mente son los colores cálidos. Los lugares se pintan de Pascua, de decoraciones que nos evocan ingenuidad, niñez y suavidad. En este mes en el que celebramos a los niños, vamos a hablar sobre los espacios que ellos ocupan y llenan de alegría: sus habitaciones. Con los niños hay un mundo infinito de posibilidades porque, a partir del color, podemos crearles escenarios que impulsen su imaginación y creatividad. Vamos a comenzar con la estrella: el blanco. Este es el más neutro y puro. Simboliza la pureza, la armonía, la limpieza. Pero también se asocia con la infancia y la calma. Una habitación infantil decorada en tonos blancos y neutros muy suaves, de estos que están más cerquita del blanco, va a transmitir paz. Por eso es ideal para decorar un dormitorio de bebé. El Feng Shui nos dice que el blanco tiene un poder sanador, desinfectante y bactericida, aumenta la actividad orgánica, provocando una carga adicional de energía y brillo. Vamos a seguir con el color que nos conecta a la naturaleza: el verde. Este es un color que no encasilla nada y funciona perfecto para niños y niñas. Es considerado el color más relajante de la rueda cromática, el que más favorece el descanso a la vista, nos transmite naturaleza, frescura y esperanza. Aunque no lo creas, si tu hijo tiene un temperamento fuerte o descubrió los berrinches… ésta es una buena opción. Por último, ell color gris que es el color de la armonía y la neutralidad. Los grises más claritos funcionan muy bien para bebés y niños más pequeños. Los más oscuros serán buenos aliados para habitaciones juveniles.
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