15 14 Las caras del egoismo Aunque la connotación que le damos al egoísmo es negativa, quiero decirte que es algo necesario en nuestras vidas. Es por ello que hoy vamos a diferencias entre las distintas formas de egoísmo para disfrutar de las relaciones con los demás. Al pensar en una persona egoísta, se nos viene a la mente alguien que presta demasiada atención a sus propios deseos, necesidades y bienestar y no toma en cuenta a los demás. Las conductas egoístas se describen como inmorales, ya que una buena persona piensa en los otros primero: “si quieres ser feliz en tu vida, ayuda a alguien”. Es considerado como uno de los peores defectos del ser humano. Lucía Legorreta Sin embargo, hay otra clase de eogísmo que no busca el propio placer a cualquier coste, sino cubrir las propias necesidades, para, desde nuestro bienestar, poder ser útiles a los otros. Éstas son las razones para fomentar el llamado Egoísmo en positivo. Mejora las relaciones sociales: contrariamente a lo que se pueda pensar, mirar por los propios intereses clarifica las relaciones con los demás. La gente tiene más dificultades para manipularte o aprovecharse de ti, si eres egoísta. Establecer límites significa saber dónde termina tu espacio, y dónde comienza el de la otra persona. • Facilita el vínculo sentimental: dado que respetar prioridades es un signo de madurez, las relaciones sentimentales que funcionan no son las que dos www.lucialegorreta.com medias naranjas tratan de llenar lo que les falta, sino las de dos naranjas enteras. Es decir, dos adutlos maduros que cuidan de sí mismos como tales y saben disfrutar del otro. • Potencia el liderazgo en el entorno laboral: ya que la persona es segura de si misma y no quiere renunciar a sus objetivos. • Beneficia la salud: escuchar las propias necesidades implica también cuidar del cuerpo, de las horas de sueño, alimentación, ejercicio, etc. • Promueve la felicidad: si eres consciente de lo que eres, de lo que te gusta, y aprendes a comunicarlo a los demás, serás una persona más dichosa. Ponerte en primer lugar, no es una cualidad negativa, es tu obligación para cuidar de ti misma y obtener lo que necesitas para darlo a los demás. La otra cara del egoísmo positivo es el egocentrismo, que es malo tanto para la persona como para quienes la rodean. La persona vive metida tanto en sí misma, que es incapaz de empatizar con quienes le rodean. El ego ocupa tanto espacio que apenas le deja sitio para los demás. El egoísmo egocéntrico se nutre de nuestra sombra o lado oscuro, esto es, carencias, frustraciones y miedos. Estas son las armas con las que peleamos contra nosotras mismas y, por ende, contra los demás. Esta cara del egoísmo lleva a la persona a construir una personalidad victimista y reactiva, quejándose o culpando siempre a algo o a alquien cuando las cosas no salen como una esperaba. Esto tiene como consecuencia grave una sensación de vacío e insatisfacción, y por lo tanto de infelicidad. Es irónico cómo, este tipo de personalidad, tacha a los demás de egoístas. Etimológicamente, la palabra egoísta procede del latín ego, que significa YO. Lo cierto es que ser egoístas no es bueno ni malo, es necesario. Necesitamos pensar en nosotras mismas para sobrevivir física y emocionalmente. Y de esta manera, estar preparadas para dar lo mejor de nosotras a los demás. lucialegorretacervantes
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