31 Distintos tipos de motivación características generales de la zona por la que pasamos, en puntos de referencia claves, o en el mapa en su conjunto. Las mujeres acostumbráis a poner vuestra atención en detalles, lo que os impide ver el mapa en su conjunto. Estas configuraciones predominantes en el funcionamiento cerebral, nos llevan a hombres y mujeres a enfrentarnos de formas totalmente diferenciadas con las situaciones habituales del día a día, como por ejemplo cuando valoramos nuestro propio físico. Por lo general, los hombres nos aceptamos tal como somos, sin preocuparnos en exceso por nuestras características físicas, o incluso nuestra forma de vestir. Podemos tener más o menos mentón, unos ojos más o menos grandes, una nariz grande o pequeña, una barriga enorme o un vientre plano, un trasero respingón o totalmente plano,… nos da prácticamente lo mismo. Quizás no nos guste algo en concreto, pero lo que es seguro es que la gran mayoría de hombres no se acompleja por su estado. Rara vez me he encontrado con un hombre con el que haya tenido que trabajar la aceptación de alguna característica física. Con las mujeres es muy distinto. Lo raro es encontrar mujeres que os aceptéis tal como sois. Suele haber alguna característica física que no os gusta de vosotras mismas, y en muchas ocasiones incluso os acompleja. Me he encontrado con mujeres tremendamente hermosas, que todos los hombres se giran para mirarlas al pasar, con complejos por su nariz, su boca, su barbilla, sus pechos,... Cuando se trata de vuestro propio cuerpo, y del de los demás, las mujeres tendéis a buscar lo que para vosotras es “la perfección” en cada punto: la nariz perfecta, los pechos perfectos, el abdomen perfecto,... Como si en esa supuesta perfección estuviera la felicidad, y vuestro atractivo. NO os engañéis, los hombres no buscamos la mujer perfecta. Sabemos que la perfección no existe, que todo depende de lo que cada uno valore. Como en el caso de los mapas, miramos la globalidad, mientras que vosotras ponéis vuestra atención en los detalles. Si una mujer es atractiva, sensual o inteligente, los hombres no pensamos: “sí, pero su nariz podría ser de esta otra forma” o “le falta un poco de pecho” o “el vestido que lleva no le pega con…”. Directamente nos gusta o no nos gusta, nos sentimos atraídos o no. Para nosotros, lo importante es el conjunto, no los detalles. Todas aquellas que lo estáis pasando mal porque hay cosas de vosotras que no os gustan, lo que realmente estáis haciendo es centrar vuestra atención en un lugar equivocado. Si os centraseis en aquello que más os gusta de vosotras mismas y lo reforzarais, si convirtieseis vuestros puntos fuertes en la base de vuestra personalidad, en lugar de intentar esconder o cambiar aquello que menos os gusta, sin duda seríais mucho más atractivas a los ojos de los hombres. Alguna mujer realmente espectacular, por dentro y por fuera, me ha llegado a decir que se sentía fea, poco sexi y nada sensual. Y yo pensaba… “Por Dios, ¿en qué espejo se habrá estado mirando esta mujer?”. ¡Cuánto daño hacen muchas veces esas creencias que hemos ido almacenando durante nuestra vida a nivel subconsciente! La buena noticia es que la existencia de estas diferencias predominantes en el funcionamiento del cerebro no nos condiciona totalmente. La existencia de estas diferencias no implica que no podamos actuar de forma diferente. Podemos hacerlo, y con facilidad. La neurociencia nos ha enseñado en los últimos años que cambiando nuestras creencias cambiamos nuestra configuración cerebral, nuestras conexiones neuronales, de modo que podemos cambiar nuestros pensamientos y nuestras respuestas emocionales. Y además de un modo muy sencillo.
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