Lo Mejor de Retos Femeninos - Junio 2024

39 y su vida, de una forma tan radical. En vez de pedir ayuda a profesionales, se dejan llevar por su coraje y enojo sin darse cuenta del daño a los sentimientos y la seguridad de los niños. Independientemente de las diferencias entre los adultos, ningún padre o madre tiene el derecho a nulificar al otro, ante los hijos, ya que ambos son igual de importantes, necesarios y valiosos para ellosn y jamás de debe de olvidar que son hijos de los dos. Negarse a una terapia profesional para la pareja, por parte de la madre, para poder tener un espacio de expresión, reflexión y tratar de entender este nuevo formato de vida que, si no se atiende a tiempo y en forma, seguramente generará traumas e impactos no justos ni deseables para los hijos, seguramente muy difíciles de reparar. Al no poder comunicarse la pareja, por negación de alguna de las partes, se comete el gravísimo error de involucrar a los niños como “mensajeros” entre el padre y la madre, generando una presión y una tensión innecesaria, confundiéndolos sobre qué está “bien” y qué esta “mal” o con quién deben de quedar bien y con quién hacer equipo…. ¿Realmente esta posición es justa para los niños? El nulificar los derechos que tienen los papas y los niños de estar en constante comunicación y estar el padre lo más presente posible en todas las etapas y actividades de los niños sin duda se generará un efecto negativo en el desempeño y maduración de los niños, a futuro. ¿Es justo? Los niños están muy conscientes de todos estos hechos en contra de ellos, sobre todo en actividades en las que participan los papás de los compañeros y sus papás están ausentes. En mi caso, como padre de mis hijos haré todo lo posible por estar presente en la vida de MIS HIJOS, generándoles la mayor seguridad y siendo el mejor guía que pueda ser para ellos, sobre todo en estas edades que necesitan ese balance de papa - mama, para poder crecer de forma más completa y balanceada. La alienación parental es muy común cuando alguno de los padres, quiere manipular y transformar, mediante varias acciones, los sentimientos y percepciones hacia el conyugue, de forma negativa, para sentir que gana la batalla, pero no mide el daño y al alcance tan grave que genera en los hijos. En personalidades con un trastorno, donde no buscan proteger a los hijos como prioridad, el alcohol también suele estar presente para nublar la realidad y la nueva vida de esta “familia”, sin tener la mínima consciencia de que los niños están muy perceptivos y consciente de todo el entorno y de las acciones de sus padres, sin ni siquiera estar conscientes de la peligrosa relación entre el alcohol y los niños, bajo esas presiones y fragilidad. En una dinámica de papás divorciados, generalmente cada padre tiene espacio para poder hacer sus actividades personales y ahí llevar a cabo cualquier tipo de actividad, ¿por qué mezclar el alcohol con los hijos presentes? Siendo parte de esta experiencia, lección de vida, tropiezo, caída, transformación, momentum o lo que sea, aparte del dolor tan profundo y la impotencia de querer salvar a los niños, siempre hay una mejor forma o una forma más sana de transitar por este cambio, sobre todo para niños tan chicos e indefensos que solo sobreviven con sus pocas o nulas herramientas. Me siento con el deber moral, la obligación y el compromiso de levantar la voz y la mano, tratando de generar conciencia de que #PrimeroLosNiños. ¡Los temas de adultos no son de NIÑOS, los adultos toman sus decisiones, deciden sobre sus temas, sobre sus acciones, y triste y desafortunadamente los niños NO! Asimismo hago un llamado a las autoridares, en especial a los juzgados de lo familiar para que se apeguen a los lineamientos para que los niños estén protegidos bajo un esquema de igualdad con la madre y el padre.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ2