21 Pero… una cosa es enfrentar los desafíos de la vida y otra cosa es tener conductas repetitivas de autodestrucción, que no hacen otra cosa que señalar nuestro problema de autoestima, nuestra falta de respeto por nosotros mismos y sobre todas las cosas, nuestra falta de confianza en que podemos vivir de un modo diferente. Entonces, piensa por un momento, cuántas veces has ocupado tu tiempo en tratar de descifrar qué es lo que los demás piensan de ti, o en tratar de ser como las otras personas y hacer lo que otros han hecho, presumiblemente, para que les vaya bien en la vida. Y ¿qué significa que les vaya bien en la vida? ¿Es dinero? ¿Es fama? ¿Es éxito? ¿Cuál es el concepto que cada uno tiene acerca del equilibrio, acerca del bienestar, acerca de la calidad de vida? ¿Qué es lo que uno pretende? Y eso es lo que tú tienes que preguntarte: cuál es tu pretensión respecto a la vida. ¿Y sabes cómo llegas a una conclusión respecto a tu pretensión? Confrontando lo que has vivido hasta ahora, evaluando el grado de satisfacción o insatisfacción con lo que has vivido hasta el presente y confrontarlo con el diseño que tú quisieras para tu vida de aquí en adelante. Y de aquí en adelante, porque éstos son los dos tiempos de la vida reales. El pasado también ha sido un tiempo real pero ya no lo es más. Quiere decir que los dos tiempos reales son el presente y el futuro y es allí donde tú debes centrar tu fuerza y tu energía. A veces te olvidas de que eres único y que las experiencias, que pueden haber sido satisfactorias para otras personas, quizás no necesariamente se ajustan a tus necesidades. Qué quiero decir con esto: tú asimilas esas experiencias, tratas de aplicarlas como tus propias experiencias y te das cuenta después que no es el modelo que tú necesitas para sentirte bien con la vida. Quizás sí le hizo bien al otro porque el otro tenía otras necesidades, otros deseos, otros requerimientos, pero mientras tanto, tratando de imitar a otros, tratando de ver cómo hicieron los demás, perdemos un tiempo precioso que tú puedes utilizar en construir tu propio camino, sin mirar a tu alrededor, pensando que los otros lo hacen mejor. CADA UNO HACE SU PROPIO CAMINO EN LA VIDA. Y a unos les va mejor y a otros les va no tan bien, pero también el juicio con el cual nosotros podemos evaluar si le va bien o no le va bien es completamente diferente entre una persona y otra. Lo que para uno está excelente, para otro es absolutamente insuficiente y quizás viceversa. Pero… la mayor fuerza que tú puedes tener es la que se apoya en un proyecto que tiene que ser ambicioso, un plan que te permita tratar de alcanzar esa situación de bienestar como consecuencia de tu propio esfuerzo y de haber podido trazarte un camino del cual no te desviarás, más allá de las opiniones y de los comentarios de quienes conviven contigo. ¿Esto significa egoísmo? De ninguna manera. ¿Esto significa soberbia? De ninguna manera. Nadie puede saber mejor que tú lo que tú necesitas para sentirte bien. Si tú sigues los dictados de tu corazón y haces aquello que siempre quisiste hacer, quizás hayas llegado a la definición más genuina de lo que es el éxito en la vida de un ser humano. Quizás te has encontrado alguna vez con personas que tienen un estilo de vida totalmente diferente al tuyo y que sin embargo sus rostros reflejan una profunda paz interior y una felicidad plena con lo que hacen y con lo que sienten y que quizás nada de eso está ligado al poder económico, al patrimonio personal, sino a una concepción de lo importante que es la vida, de lo importante que es esa energía vital que tenemos los seres humanos y que ellos han aprendido a utilizarla correctamente.
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