Lo Mejor de Retos Femeninos - Noviembre 2024

26 @rosetta.forner.9 Rosetta Forner La líder nace, la manager se hace Suele decirse que, el líder no nace, se hace. Basándome en mi praxis profesional y experiencia personal, discrepo de esta aseveración. El o la líder, nace. Mientras que, para ser un buen manager, a base de aprendizaje y de esforzarse puede lograrse, en cambio, para ser líder, hay que nacer con ciertas características. Al igual que el genio nace, y el virtuoso se hace, sucede con el liderazgo y el management (dirección, ‘mandazgo’ de equipos). El genio nace con un don, una capacidad extraordinaria ajena al aprendizaje puesto que viene de serie o ‘aprendida. Por lo que, desde el principio, se desarrolla como si se hubiera practicado ‘toda la vida’. Qué duda cabe que, con la práctica, al don, se le añaden matices que lo mejoran. En cambio, el virtuoso es alguien que, a base de práctica, buena formación y mejor disposición, llega a alcanzar un nivel que casi se diría de genialidad, pero sin serlo. La genialidad, el don, lleva en su naturaleza una singularidad única, un matiz imposible de replicar. Si la práctica se implementa con un buen entrenamiento, una formación adecuada con buenos instructores, maestros, mentores..., con una buena praxis, se combina con otras disciplinas y se persiste en mejorar, será factible alcanzar la excelencia. Empero, ese algo especial que tiene el don no se logrará por más que se practique. La genialidad y la virtuosidad tienen orígenes diferentes, pertenecen a universos distintos, son caminos paralelos. Mi abuela María Rosseta solía decir que todos nacemos con una gracia (don), la cuestión está en averiguar cuál es. Volvamos al liderazgo.

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