18 La salud ósea en el adulto mayor Amo mis huesos A medida que envejecemos, nuestros huesos pierden densidad y se vuelven más frágiles, lo que incrementa el riesgo de fracturas y caídas. Esta pérdida progresiva, conocida como osteoporosis, afecta de manera particular a las mujeres después de la menopausia, aunque también impacta a los hombres en edad avanzada. Cuidar la salud ósea no solo previene lesiones graves, sino que permite mantener la movilidad, independencia y calidad de vida durante la vejez. Los huesos no son estructuras estáticas: se regeneran constantemente, pero este proceso se desacelera con el paso del tiempo. Una masa ósea sólida en la juventud es la mejor defensa contra la osteoporosis en la vejez, pero nunca es tarde para fortalecerlos. Una fractura en cadera, columna o muñeca puede ser devastadora para un adulto mayor, generando dolor crónico, pérdida de autonomía y riesgo de complicaciones médicas graves. Cuidados esenciales para fortalecer los huesos: 1. Alimentación rica en calcio y vitamina D: El calcio es el mineral esencial para la formación ósea, presente en lácteos, vegetales verdes, almendras y pescados como la sardina. La vitamina D, necesaria para absorber el calcio, se obtiene con la exposición solar moderada y en alimentos como el huevo, salmón y alimentos fortificados. 2. Ejercicio físico regular: Actividades como caminar, subir escaleras, practicar yoga o ejercicios de resistencia estimulan la formación ósea y mejoran el equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas. 3. Evitar factores de riesgo: El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la vida sedentaria debilitan los huesos. También es vital revisar los medicamentos que puedan interferir con la absorción de calcio o afectar el equilibrio.
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