25 capaces de expresar nuestros sentimientos, si no somos capaces de hacerle sentir a la otra persona que la queremos y que forma parte de nuestro proyecto existencial. Y en algunos casos el bloqueo llega a tener tal intensidad, que el miedo a comunicar los sentimientos se transforma en frases preestablecidas, en frases hechas, que lo único que hacen es aumentar la inseguridad de la otra persona. Pero la dificultad no está únicamente en expresar lo que está en nuestro interior, sino que también se genera una barrera que hace muy difícil recibir los mensajes de cariño y de amor. Es como que en determinado momento y por determinadas circunstancias, nos sintiéramos indignos de esa distinción, de poder tener ese tipo de sentimientos. El amor es el resultado de una tarea artesanal, no sólo para generarlo y construirlo, sino también para poder mantenerlo vivo. Hay personas que temen enfrentar sus emociones, temen sentir, temen dar rienda suelta a lo que su intimidad está procesando y con esta actitud lo que hacen es reprimir no solamente sus sentimientos, sino que reprimen toda su persona. Y retacean a su pareja la posibilidad de compartir momentos de bienestar y de equilibrio interior. Y ¿saben dónde está el problema fundamental? El problema fundamental radica en no saber con exactitud lo que queremos para nuestra vida. O en el mejor de los casos, sabemos lo que queremos, pero no somos capaces de expresarlo con claridad o a través de la comunicación, porque esa comunicación es el vehículo natural a través de la cual nuestra pareja toma conocimiento de lo que nos está pasando. A veces, somos extremadamente exigentes e injustos y creemos que nuestra pareja tiene que conocer e interpretar cada uno de nuestros sentimientos o de nuestras acciones y nosotros nos unimos a personas naturales, no a personas que pueden descubrir cuáles son nuestros sentimientos si nosotros no somos capaces de comunicarlos. O no sabemos lo que queremos o tenemos temor de descubrir lo que queremos y en esa circunstancia lo que hacemos es defendernos, acusando a nuestra pareja porque no fue capaz de darnos aquello que siempre debió haber sido nuestra responsabilidad. Si yo te preguntara en este momento si tú sabes exactamente qué es lo que quieres con respecto a tu vínculo afectivo, ¿tú podrías responder a este interrogante? Y no cabe duda que solamente cada uno de nosotros puede hallar, a través del conocimiento interior, del diálogo interno, del encuentro con uno mismo, las respuestas verdaderas y válidas a estas preguntas que son el núcleo central de la existencia. Aquí no hay responsabilidad del otro, ni de nadie que tenga influencia sobre nosotros, porque descubrirte a ti mismo es una tarea personal e intransferible. Y en ese diálogo interno para definir qué es lo que queremos para nuestra vida, encontrarnos con nuestra verdadera esencia, puede generarnos un gran temor y expresar esos sentimientos que hemos encontrado puede llegar a causarnos pánico. Y el miedo aparece y crece cuando intuimos que nuestra pareja no va a hacerse eco de nuestras necesidades y tenemos temor de quedar literalmente a merced de quien amamos, en una relación de dependencia donde allí se plantea la pregunta si hay verdadero amor o hay una necesidad de compañía por tener temor y terror a la soledad. Vivir de espaldas a la verdad no contribuye en nada a tu felicidad. Vale la pena que tú analices cuál es tu situación personal. Cada ser humano tiene una manera muy particular de ser y de expresar aquello que siente, sobre todo en el área de los afectos y en el área de las relaciones amorosas. La llave de una buena convivencia pasa por saber interpretar realmente las necesidades y los gustos de la persona con quien hemos decidido compartir la vida y hacerlos compatibles con los nuestros
RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ2