31 conscientes del daño que nos hacemos hasta que ya es ‘demasiado’ tarde, esto es, ha aparecido la enfermedad. Y, entonces, en lugar de pedirle ‘enséñame’, nos odiamos aún más (es una forma de victimismo), por estar enfermas. A menos amor, más enfermedad. • La enfermedad NO es una enemiga, ni algo a combatir. NO es bueno luchar CONTRA la enfermedad, porque estaremos luchando contra nosotros. Es mejor abordar la enfermedad como un ‘SOS’ del alma: los síntomas cuentan mucha información acerca de qué debemos limpiar, modificar, erradicar… en lo más profundo de nosotras. Nadie es mejor ni peor que otro. El estar en un proceso de enfermedad NO nos convierte en fracasadas ni en perdedoras, ni nos quita valía como seres humanos. Cada vez que leo ‘contra el cáncer’, se me estremece el alma. ¿Por qué no decir ‘a favor de curar el cáncer’? El cáncer no es el enemigo a abatir, porque en ese caso, si la enfermedad se toma como un ‘enemigo’, se sigue perpetuando el conflicto psicoemocional y/o psicoespiritual que hay en el origen. Admito que, a mucha gente el hecho de aceptar su responsabilidad, no le gusta en absoluto. Hubo una lectora de mis libros que se enfadó porque dije esto. Casi me amenazó con dejar de ser lectora. A mí me quedó claro que su consciente le estaba defendiendo de lo que yo había dicho, pues, en su inconsciente, sabía que era así. No pretendo darle lecciones a nadie, tan sólo invitar a reflexionar desde el enfoque de asumir la responsabilidad de sanar la causa para así poder eliminar los síntomas. • No somos víctimas de un mundo cruel, sólo consecuencias de nuestros conflictos interiores, de nuestra falta de amor a nosotras mismas. • Las creencias nos enferman, nos envenenan el alma o, por el contrario, nos curan y nos salvan de todo mal. Conozco a personas que han sanado de su ‘enfermedad’. ¿Cómo lo lograron? • Dejaron de pelearse con la enfermedad y de tomarla como un castigo. • Pasaron a aceptarla. • Se preguntaron: ¿Qué les podía enseñar? • Averiguaron las creencias que les mantenían en ese estado de ‘pérdida de salud’, y se deshicieron de ellas. En el caso de una mujer que no lograba curarse de una dolencia de espalda (se le habían colapsado varias vértebras. Tal era el dolor, que el médico llegó a pensar que tenía cáncer de médula. No era así, empero el dolor no cesaba. Esta mujer había creado una creencia enfocada a ‘solucionar’ la enfermedad, era la siguiente: “Si yo muero, este dolor también morirá”. Y, efectivamente, se estaba muriendo. Una vez desactivé la creencia, la ayudé a reencuadrarla, la mujer salió de su agujero oscuro y empezó a sanar. En tan sólo dos semanas hizo un cambio radical. • Hicieron lo que tuvieron que hacer con tal de sanar esa dolencia. • Convertir en bendición lo que en principio era una maldición: esto sucede cuando dejamos de acusar a los otros de ser los causantes de los males que hay en nuestra vida. Ánimo a la gente a mirar dentro de sí. Ello es compatible con ir al médico y con tratarse alopática o alternativamente –cada cual elige su camino de sanación-. Mirar dentro de una es sanar las heridas del alma, la única manera de sanar realmente. * El cuerpo sólo refleja lo que sucede en los niveles invisibles de la psique.
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