25 existen diversos niveles de liderazgo explicados por miles de autores, el peldaño más alto que puedes asumir es cuando internalizas que no eres jefa de nada. Sirves a una autoridad mayor, el jefe verdadero: ¡Nuestro Creador! Allí radica el mayor peso de la balanza del liderazgo verdadero, una balanza compuesta de dos poderes: creer en ti y el componente de la fe. En este sentido, una persona no se define como líder por su mano de hierro, sino por su habilidad para impulsar, inspirar o transformar equipos para el desarrollo efectivo de una organización. En otras palabras, es SER luz para encaminar a otros. El liderazgo no se trata de un papel que desempeñas, sino más bien del entendimiento de que tus palabras, acciones y comportamiento tienen gran influencia sobre los demás. Para servir en lo colectivo, primero debes hurgar en los escondrijos de tu existencia para sanar las cosas por limpiar y así ser verdaderamente útil. Si vives en una guerra de desconfianza con el mundo nunca te rendirás fácilmente a un poder mayor porque estas en lucha contra ti misma. Cuando crees en ti, confías en el poderoso entrenamiento detrás de cada lágrima o sonrisa porque cada paso es una escuela para un bien mayor, un peldaño hacia una nueva victoria. Así como lo lees, ser líder finalmente es permitirte SER un instrumento del Padre Celestial y confiar en el plan maestro escrito en la agenda del cielo para ti. Bajo esta óptica, lideras tu vida desde el corazón, tu raíz genuina, donde eres congruente con lo que piensas, dices y haces. Es así como lideras tu existencia. En virtud de lo anterior, a veces podemos estar sentadas en la cima del mundo, en otras ocasiones pendientes del arnés, a punto de caer, al borde o en el fondo de un abismo; todo es parte del proceso para recordarte en cada tropiezo que sólo eres un ser humano en permanente construcción, adquiriendo sabiduría para gestionar los desafíos de tu destino, aprendiendo a respetarte con tus virtudes y defectos, con tus conquistas y fracasos. Por lo tanto, liderarte es aprender a amarte. El arte de amarte es un viaje. Me ha llevado mucho tiempo aplicarlo plenamente porque el camino es desafiante, pero creo que si al menos he logrado plantar la semilla de aprender a quererme, tanto en mi ser como en el de toda mujer yace la raíz del amor propio independientemente de cuán fuerte intente soplar el viento y podemos hacer el viaje más ligero al tomar la decisión de apostar por nosotras mismas, ganándole terreno al miedo si vivimos por fe. Entre otras cosas, estoy cultivando la paciencia, aguardando por lo que ha de florecer. Al final, no somos lo que los demás quieren o imaginan, realmente somos lo que Dios dice; mujeres de propósito con valor, identidad única, dones y talentos. Su voluntad nunca está alejada de lo que anhelamos en el fondo de nuestros corazones. Cuando sigues tu corazón, estás oyendo la voz del Creador. Todas somos aquello en lo que nos estamos convirtiendo. Por mi parte, al rendirme a Dios empecé a liderarme en 360º. Sí, un giro 360 es llegar al mismo punto; de eso se trata, de volver al origen, de regresar exactamente a ti. Cito un fragmento del libro Volver al Amor, basado en un curso de milagros: Cuando estuve completamente de rodillas, y supe lo que significa sentirse sinceramente humilde, casi esperaba escuchar la cólera de Dios. En cambio, fue como si le oyera decir suavemente: • ¿Podemos empezar ahora? Hasta ese momento estuve escondiéndome de mi amor, es decir, resistiéndome a mi propia vida. El retorno al amor no es el final de la aventura de la vida. Es el verdadero comienzo, el regreso al ser que eres. Siempre estamos a punto de que suceda algo asombroso: ¡El despertar de una mujer líder! La mujer que se ama porque tiene el alma sana y ahora vive en gratitud, ella camina segura de sí misma porque aprendió que el corazón se mantiene suave cuando establece límites sanos y ahora invierte tiempo en su paz y bienestar, reconociéndose merecedora de sus propias medallas de honor por todo lo que superó y a nadie comentó. Esa mujer resiliente tiene la grandeza del amor de Dios en su interior. Si tienes la oportunidad de conocer a una mujer como esa, estas en presencia de una mujer líder. Deseo que la primera de ellas la encuentres en tu espejo. Es tiempo virtuoso para revestirte de coraje para vivir con plenitud. Es hora de celebrar tu noble y preciosa revolución silenciosa. Por ti, por todas ¡Feliz 8 de marzo, feliz día Mujer Líder! POSDATA: Para seguir profundizando en temas de crecimiento personal para mujeres resilientes, te invito a leer el libro “UNA MUJER AL OTRO LADO DEL MIEDO” disponible en amazon.
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