Lo Mejor de Retos Femeninos - Mayo 2025

18 Cuidado óseo en la maternidad y lactancia Amo mis huesos Durante la gestación, el cuerpo de la mujer experimenta cambios fisiológicos profundos, incluyendo un aumento en la demanda de calcio para el desarrollo del esqueleto fetal. Si la madre no cuenta con reservas adecuadas de este mineral o no lo obtiene en cantidad suficiente a través de la dieta, el cuerpo extraerá calcio de sus propios huesos, lo que puede comprometer su densidad ósea y aumentar el riesgo de osteoporosis a largo plazo. En etapas como la lactancia, esta demanda continúa, y en algunos casos puede exacerbarse si no se implementan estrategias nutricionales y médicas adecuadas. Estudios han demostrado que muchas mujeres embarazadas no alcanzan la ingesta diaria recomendada de calcio y vitamina D, nutrientes esenciales para la salud ósea. Esta deficiencia puede pasar desapercibida durante años y manifestarse después de la menopausia con fracturas vertebrales, de cadera o de muñeca. Por ello, es esencial que las mujeres embarazadas reciban orientación médica oportuna sobre la importancia de una dieta rica en calcio (productos lácteos, vegetales verdes, frutos secos) y una exposición moderada al sol para la síntesis natural de vitamina D. En casos específicos, la suplementación debe considerarse como medida preventiva. Además, la actividad física de bajo impacto, como caminar o practicar yoga prenatal, no solo favorece el bienestar general, sino que estimula el mantenimiento de la masa ósea. Prevenir la pérdida ósea durante la maternidad no es solo una cuestión de salud individual, sino una inversión en la calidad de vida a futuro. El cuidado de los huesos debe de comienzar mucho antes de la vejez: debe formar parte integral de la salud materna desde el primer trimestre del embarazo.

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