Lo Mejor de Retos Femeninos - Julio 2022

43 lo alto de una palmera. Allí se sitúa y entonando la más sublime de sus melodías, deja que las llamas lo consuman por completo. A los 3 días, de sus propias cenizas, surge un nuevo fénix y, cuando es lo suficientemente fuerte, lleva el nido a Heliópolis, en Egipto, y lo deposita en el Templo del Sol. Como el nuevo fénix acumula todo el saber obtenido desde sus orígenes, un nuevo ciclo de inspiración comienza”. Podemosadmirar la formaen lacual estaemblemática criatura de fuego se eleva majestuosamente desde las cenizas a causa de su propia destrucción, lo cual simboliza, el poder de la resiliencia; esa capacidad extraordinaria para recuperar el aliento de vida al renovarnos enun sentidodemayor fortaleza y sabiduría. “De sus propios restos emergerá una versión de sí misma mucho más poderosa” asevera Jung. Puede decirse que una persona es resiliente, cuando en lugar de negar los acontecimientos o hundirse en la tristeza y la depresión a causa de ellos, se las arregla para sobrellevar la situación y hacerse más fuerte e inclusive más optimista, desarrollando un profundo sentido de autoconciencia y aprendiendo constantemente sobre su fortaleza interna, contenida detrás de los obstáculos. Cito al Dr. Boris Cyrulnik, psiquiatra y psicoanalista, el cual ha centrado su investigación en el concepto de resiliencia, afirmando: “La desgracia no es un destino, nada está inscrito irremediablemente, siempre podemos salirnos de él. Así que hay esperanza para cada persona, siempre que pongas un poco de ti mismo en ella”. Una investigación reciente de la India apunta al mindfulness como un mecanismo para generar resiliencia, por tal razón, la persona puede afrontar mejor los pensamientos y emociones difíciles sin sentirse abrumada por un revés. La resiliencia es aceptar tu realidad tal y como se presenta, sin luchar contra la corriente para ir contra tu propia realidad presente, es hacer lo mejor que puedes con la que tienes aquí y ahora. La mujer venezolana representa un vivo ejemplo de mujer resiliente. Ha sufrido los embates de una guerra no convencional sin precedentes, y detrás de ellas, cientos de pequeños relatos de resistencia, fortaleza, ingenio, dignidad y heroísmo cotidiano. La resiliencia de la mujer venezolana es tanta que las palabras no alcanzan para describir su coraje, tenacidad, su capacidad de nutrir sus emociones y saber que ella en sí misma es su propio hogar. En este sentido, en tiempos turbulentos es urgente que la mujer se reconecte con su poder interior para abordar la vida con la mirada de su sensibilidad y a la vez de su fuerza, con la intención de continuar con equilibrio la danza de la vida. La resiliencia también se viste de oportunidad, de crecimiento e inevitable transformación. Si una persona no se transforma, sufre. Es de suma importancia destacar que ser resiliente no significa que las personas nunca más experimentarán estrés, dolor, sufrimiento, angustia, etc. Tampoco existe una fórmula universal para la resiliencia porque todos somos diferentes. A su vez, esta no se trata solo de dureza, en su poema In All Ways a Woman, Maya Angelou dice: “Las mujeres guerreras deben ser duras y tiernas”. En lo personal, veo a la mujer resiliente encontrando belleza dentro del caos, reconociendo su vulnerabilidad y convirtiéndola en puertas abiertas. Todas tenemos la capacidad de acceder a la fuerza mental inherente que existe dentro de nosotras. El ser humano posee reservas ocultas de valentía y resistencia, es decir, la resiliencia es tu propia fuerza en acción. Cuando una mujer abraza la resiliencia se ha regalado la oportunidad de transformarse, ella está abrazando su amor propio, la esperanza, su propia vulnerabilidad para volver trizas sus miedos más profundos y encender su magia, su propia fiesta de crecimiento. Ahora nada la detiene, porque la vida se trata más de conquistarnos a nosotras mismas, aprender a cerrar ciclos para escribir nuevos comienzos, recibir lo mejor de vuelta al dar lo mejor de lo que somos, ocuparnos de tocar almas, inspirar la vida de quienes nos rodean con el regalo de una sonrisa, una palabra de aliento o un simple abrazo. La vida es de balance constante, de crecer sin tantas exigencias para encontrar tu propio equilibrio en medio de la tormenta. Estar en equilibrio es conectarnos a la frecuencia cero, donde no estamos en los extremos, sino en el centro de la senda por donde vamos construyendo nuestra propia felicidad. Cuando una mujer abraza la resiliencia es como el grano de café, responde a un hecho desafiante manteniendo su propia integridad. Ella aporta su esencia y energía, lo que ES desde su SER. Pregúntate: ¿Cómo estas cultivando tu grano de café interior para abrazar tu propia resiliencia? ¡No vayas por la vida, CRECE a través de ella! POSDATA: Para profundizar más en temas de crecimiento personal para mujeres resilientes, te invito a leer el libro de mi autoría UNA MUJER AL OTRO LADO DEL MIEDO, disponible en amazon.

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