Lo Mejor de Retos Femeninos - Julio 2023

10 es muy válido, y cuándo se lleva a un trastorno? Especialistas en cirugía plástica señalan que los principales afectados son personas que viven de su imagen, famosas, actrices, actores y en general, personas que consideran que su físico define sus oportunidades en la vida. Sin embargo, el Síndrome del Espejo nos puede afectar absolutamente a todos en algún momento de nuestras vidas. Las variables para determinar si es pasajero o no, serán: la duración, los efectos en la vida diaria, el impacto en nuestra seguridad y autoestima, y por supuesto, el tiempo, los recursos y los riesgos que tomemos para modificar aquello que vemos mal en nosotros. El deseo de sobresalir, las comparaciones, la exacerbada publicidad de verte y sentirte bien, nos pueden llevar a reacciones extremas y en exceso, además de pensamientos constantes de autorrechazo y vergüenza. En ocasiones, sin darnos cuenta nos estamos comparando todo el tiempo. La exageración al momento de valorar algún defecto se convierte en una obsesión, por tanto, provocará angustia, estrés y ansiedad, hasta que no logremos cambiarlo. Se trata de una forma de pensamiento completamente irracional que se convierte en una creencia que lleva a las personas a conductas radicales. El TDC es un trastorno de la salud mental que puede ser la antesala de otros trastornos como la depresión, ansiedad, anorexia, bulimia, entre otros. La obsesión por verse tal y como la mente lo imagina o desea se convierte en una compulsión que no para, incluso, después de cuantas cirugías plásticas, hormonas, dietas, productos milagro o dinero se invierta. Como se trata de un trastorno, la solución siempre estará de adentro hacia afuera, es decir, de la mano de un especialista con el que se pueda trabajar la parte psíquica, social y personal. De acuerdo con la psicóloga Mariola Bonillo, del Centro de Psicología Área Humana de Madrid, “la persona que tiene una Dismorfofobia o Síndrome Dismórfico cree de manera exagerada que tiene uno o más defectos o imperfecciones en su aspecto físico. Esta creencia sobre su imagen se expresa con una gran preocupación, una obsesión que genera angustia y malestar. La persona puede llegar a aislarse socialmente, evitando así que los demás vean sus defectos”. Y continúa: “según muchos estudios el inicio de esta creencia podría iniciarse en la adolescencia, aunque puede aparecer a cualquier edad. El Trastorno Dismórfico Corporal lo sufren tanto hombres como mujeres. Las preocupaciones más frecuentes son defectos de la cara (nariz –que según los estudios ocupa el 45% de los casos–, dientes, arrugas, pelo…), defectos del cuerpo (abdomen, nalgas…) y olores corporales. Lo que se observa es que las mujeres se preocupan más por la cara, el pelo y la forma o el tamaño de los pechos, y los hombres se centran más en el aspecto y tamaño de los genitales”. “Se caracteriza por la obsesión por obtener un cuerpo hipermusculado, lo que conduce a estas personas —principalmente hombres— a pasar horas en el gimnasio y a consumir hormonas y anabolizantes esteroides para aumentar la masa muscular. Las personas que padecen Vigorexia se ven excesivamente delgadas a pesar de tener un cuerpo muy musculoso, presentan pensamientos reiterados de preocupación y mantienen constantes rituales como dedicar horas a los ejercicios de musculación, pesarse continuamente, llevar una dieta muy estricta y restrictiva, etcétera”. De acuerdo con la psicóloga Mariola Bonillo, del Centro de Psicología Área Humana de Madrid, “la persona que tiene una Dismorfofobia o Síndrome Dismórfico cree de manera exagerada que tiene uno o más defectos o imperfecciones en su aspecto físico. Esta creencia sobre su imagen se expresa con una gran preocupación, una obsesión que genera angustia y malestar. La persona puede llegar a aislarse socialmente, evitando así que los demás vean sus defectos”. Y continúa: “según muchos estudios el inicio de esta creencia podría iniciarse en la adolescencia, aunque puede aparecer a cualquier edad. El Trastorno Dismórfico Corporal lo sufren tanto hombres como mujeres. Las preocupaciones más frecuentes son defectos de la cara (nariz –que según los estudios ocupa el 45% de los casos–, dientes, arrugas, pelo…), defectos del cuerpo (abdomen, nalgas…) y olores corporales. Lo que se observa

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