33 se construye con tus éxitos pero también de tus lágrimas, miedos, inseguridades y decepciones (ellos solo son maestros del destino que siempre quieren ofrecerte el regalo de aprender a trascenderlos para construir tu mejor versión). Y eso no te convierte en una mala persona o en un fracaso, te convierte en un ser humano en crecimiento, evolucionando en conciencia. La aceptación de que el fracaso es parte de la vida comenzará a echar raíces, ya que, paradójicamente, al estar más dispuestos a fallar, realmente tendrás más éxito, porque ya no estás esperando que todo sea 100% perfecto para atreverte a tomar acción. Cito a Oprah Winfrey: “No hay tal cosa como el fracaso. El fracaso es solo la vida tratando de movernos en otra dirección”. Por lo tanto, cultivando una gran confianza en ti, te vuelves más seguro, cuentas con más recursos para silenciar a tu crítico interno, a esa voz dentro de ti que dice: “No puedo hacerlo”, “No puedo lograrlo”, “No soy suficiente” “No soy bueno en esto” “¿Qué dirá la gente?”. Tenemos los recursos dentro de nosotros para llevar a cabo hazañas que otros consideran imposibles y para liberar todo nuestro potencial, todo ello en virtud de la confianza en nosotros mismos, ese es el punto de partida. En esa misma sintonía, trabaja con pasión en tu alma, dones y talentos para hacerlos cada vez más grandes. Creer en ti te arraiga en quién eres de verdad, aceptándote tal y como eres, como un ser único e irrepetible, viviendo sin mascaras, sin las etiquetas del mundo: “gordo o flaco”, “ blanco o negro”, “alto o bajo”, con celulitis o estrías, lo realmente importante es saber que tus debilidades o inseguridades no definen tu autoestima, ellas son un peldaño más para brindarte la oportunidad de observar cómo puedes mejorarte, te preparan para tener la capacidad de celebrar tu vulnerabilidad, tanto como lo que te hace fuerte y es así como te conviertes en una persona plena, con acciones alineadas con tu esencia, viviendo con sentido de propósito. Las personas que triunfan son las que creen en sí mismas, en sus posibilidades, logrando tener un propósito claramente definido; lo cual te vuelve imparable y de esencia inquebrantable. Creer en ti es amarte con tus cicatrices y tropiezos, creer en ti te ayuda a ser una persona definida, un ser que sabe exactamente lo que quiere, te reviste de resiliencia, con pasión para avanzar y consolidar tus metas, al contrario de una persona débil, la cual no tiene mayores aspiraciones, vive la vida de los otros y termina siendo una persona volátil, frágil ante las dificultades y sin inteligencia emocional para manejar sus sentimientos, pensamientos y acciones, por lo tanto, no son personas confiables. Aprender a creer en ti te libra de las malas intenciones de la gente que pretende confundirte en relación a quien tú eres. Por lo general, las personas opinan sobre tu vida, en relación a sus ideales y a como ellos se sienten y el hecho de como se sienta una persona no puede definir tu mundo, ni tus decisiones. Cada ser es único y su historia es un mundo sagrado, seguramente imperfecto, pero es su mundo y eso lo hace maravilloso. Y si te preguntas: ¿Cómo hago para saber si creo lo suficiente en mí? Desde mi experiencia personal, después de buscar incansablemente esa respuesta, un buen día llegó de forma inesperada, llena de certeza, paz y calma, la obtuve como un dejavú, escuchando una conferencia del coach Humberto Montes, decía: “Creer en ti es permitir que Dios te guie para realizar tus sueños”. En ese sentido va mi vida aquí y ahora. Sin duda, esa frase permanecerá por siempre en mi memoria. Espero que a partir de hoy, también la lleves contigo, es el más poderoso aliciente para tu viaje. Ahora lo sé con certeza y por fe, Él es el maestro, mientras que yo sostengo el lápiz para realizar los trazos con firmes cimientos y pasos equilibrados, bajo su dirección. El mayor acto de amor propio y por lo demás es aprender a creer en ti y aunque es un viaje donde conocerás tus mayores sombras y el dolor será el mayor aliado para tu crecimiento, no olvides que todo lo difícil es el camino a la felicidad. La invitación es a iluminar tu vida desde tu la esencia de tu ser y una vez encendido tu fuego interior podrás iluminar el camino de otros seres para que también puedan encender su luz. Dios siempre quiere llevarte más alto y para hacerlo espera que aprendas a creer en ti. Enhorabuena ¿Estás listo para servirte ese café el dia de hoy? ¡Vamos! Te invito a leer el libro:
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