Lo Mejor de Retos Femeninos - Julio 2023

35 positiva’), lograr pasar desapercibidas o, lo que es lo mismo, ser aceptadas en el club de los hombres. Curiosamente, las mismas características cuando se trata de un hombre no suele llevar la misma ‘etiqueta’. Por ejemplo, suele decirse de un hombre, que pisa fuerte, que tiene carácter. Mientras que si se trata de una mujer se la suele tachar de ‘agresiva’. Aún prevalece el modelo masculino, a veces, escorado en exceso hacia el machismo. ¿Pantalones o faldas? No todas las mujeres saben llevar falda o vestidos. Se requiere un cierto ‘estilo’ y zapatos. Sí, zapatos. Invertir en unos zapatos y en unas sandalias que resalten el fondo de armario ya se éste un vestido, una falda o un pantalón es muy recomendable. • Una mujer empoderada (empowered) nunca jamás renuncia a su femineidad. Viste como le apetece y acorde a la ocasión porque trabaja a favor de sí misma, nunca en contra. En mi etapa de tertuliana en la televisión en España, ya vistiese pantalón o vestido, siempre lo combiné con el calzado adecuado. Qué duda cabe que, si se está sentada en una silla, y no existe mesa delante, se lleve pantalón o falda, el calzado marcará la diferencia. Por ejemplo: llevar pantalones y botines, es algo que debería estar penalizado por mal gusto. Bromas aparte, es estéticamente horrible, acorta la pierna. Mejor una falda que, al sentarse pueda cubrir los laterales, dejando sólo a la vista un par de zapatos espectaculares. • A escena, ya sea esta el impartir una conferencia, estar sentada en la mesa del consejo de dirección de la empresa, una reunión con colegas, un plató de televisión o en el hall de un hotel, la mujer debe vestir de manera que la haga sentirse cómoda y segura. La ropa debe reforzarnos, jamás restarnos ni incomodarnos. Siempre he sostenido que hay que VESTIRSE PARA EL ÉXITO. Actualmente, asisto con asombro, llamadme ‘antigua’ si queréis, a formas de vestir lamentable, desde mi punto de vista, de muchas mujeres. Considero que se han perdido las formas, la elegancia, el saber estar… Y se ha dado paso al pasotismo, al ‘todo vale’. No es lo mismo vestirse estando en zona costera o zona de playa que en la ciudad. No se debe vestir igual para ir tomar algo con los amigos que si se tiene una reunión de trabajo, para asistir a una conferencia o para ir al dentista. Las formas, el saber estar es sinónimo de elegancia y ésta refuerza la auto estima. ¿Os imagináis un manjar exquisito servido en un plato de plástico o en uno sucio? Hay mujeres inteligentes, bien capacitadas, con un grado fantástico de profesionalidad que, lamentablemente, no saben vestirse para el éxito. Hace muchos años, era yo una veinteañera, trabajaba en una agencia de publicidad que, casualmente, estaba en la misma planta que una agencia de modelos. La directora y fundadora de la agencia era una ex modelo holandesa afincada en España. Era una mujer encantadora. Me tomó bajo su tutela, y fue mi mentora en temas de vestir para el éxito en el mundo del trabajo. Tengo que confesar que yo venía ya aleccionada puesto que mi madre tenía una elegancia y un gusto para vestir innatos. Con el ejemplo de mi madre y los ‘tips’ de mi mentora holandesa, me he apañado muy bien. Las mujeres no necesitamos imitar a los hombres en nada. Desarrollar un estilo personal es imprescindible para el éxito. • No importan tanto los pantalones o las faldas. Lo que nos da poder, lo que nos refuerza o empodera no son los tacones sino el ‘contenido’ con el que programamos nuestra mente y nutrimos nuestra alma. Si invertimos en potenciar nuestra auto estima, si nutrimos nuestra dignidad e integridad, si creemos en nosotras mismas por encima de todo y a pesar de todo, dará igual que vistamos pantalones o falda, el poder, la fuerza, la seguridad en nosotras mismas no podremos ocultarlo. Eso sí, el vestido nunca debe restar protagonismo ni tenerlo negativamente. Más arriba hablaba del ‘saber vestir para la ocasión’. Con ello me refiero por ejemplo, a no ponerse un vestido palabra de honor si no se tienen brazos tonificados y va a resaltar ‘chicha’ (como decimos en España), o vestir un pantalón corto cuando no se tiene un físico adecuado. Obviamente, cada cual puede vestir como le plazca lo cual no significa que sea estético. Vestir para salir a ganar debe resaltar las características positivas, minimizar los ‘puntos flacos’, empoderar, reforzar la personalidad, embellecer, epatar positivamente. Hay mucha oferta. Ni todos los colores ni todos los estilos nos empoderan. Destacar la femineidad, desarrollar un estilo propio de lideresa no pasa por imitar a los hombres ni por abrazarse al feminismo radical. En cambio, si pasa, por ser tú, resaltar tus puntos fuertes, trabajar a tu favor, hacer que se sientan cómodos en tu presencia y que tu personalidad sea inolvidable de forma positiva. Cuidar tu estilo es un síntoma de lideresazgo… (liderazgo femenino).

RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ2