Lo Mejor de Retos Femeninos - Julio 2023

37 entendida, la que nos lleva a vibrar en frecuencias más bajas, y consecuentemente a descender en lo que a nivel de conciencia se refiere. Cuando vemos a alguien sufrir, y nos ponemos también nosotros a sufrir acompañándolo en su desgracia, al contrario de lo que creemos, lo estamos perjudicando a él y a nosotros mismos. Lo que hacemos es amplificar y reforzar la energía en la que esta persona está vibrando. Estamos ayudando a que sus sentimientos se prolonguen en el tiempo, y estamos bajando nuestro nivel de conciencia. La compasión, al igual que la empatía, no pasa por sentir lo mismo que la otra persona, sino por ser consciente de sus sentimientos y actuar en consecuencia. Cuando vemos a alguien sufrir, debemos comprender su sufrimiento y aceptarlo, pero no compartirlo. Debemos ser capaces de mantenernos centrados en nuestro propio equilibrio interior, sin dejarnos arrastrar por las emociones que dirigen la vida de esas personas, y desde ahí tendremos la capacidad de ayudarle. Imagina por un momento el día a día de la Madre Teresa de Calcula (o de cualquier otro de los miles de seres tremendamente especiales que afortunadamente nos acompañan), rodeada de dolor y sufrimiento, con una compasión desbordante, que le llevó a dedicar su vida a aliviar el sufrimiento de los demás, siempre desde su centro, vibrando intensamente en emociones como la paz y el amor. La Madre Teresa, al igual que todos aquellos que dedican su vida a ayudar a los demás, no se dejaba llevar por las emociones y sentimientos de los demás, ya que de haberlo hecho, no hubiera podido ayudarlos. Si queremos ayudar realmente a otros cuando lo están pasando mal, lo que debemos hacer es acompañarlos vibrando con intensidad en energías elevadas, vibrando en el amor, la serenidad, la comprensión, la aceptación, la confianza,… y respetando que cada uno es libre para decidir y seguir su propio proceso de aprendizaje y desarrollo. Cuido a diario mi equilibrio y paz interior

RkJQdWJsaXNoZXIy MTUxNjQ2