26 Rosetta Forner @rosetta.forner.9 Mucha gente, cree que ‘ir de bueno’ por la vida, no ser agresivo, no plantar cara, no molestar, no reivindicar, ni poner límites… es lo adecuado. No deja de ser una estrategia de supervivencia. Aunque en verdad, lo que esconde o disimula, es que la persona no se ama a sí misma. En inglés, a esta tipología de personas cuya variable de conducta radica en la ‘sumisión’, se les llama ‘people pleaser’, o sea, personas complacedoras. A mí, me gusta más llamarlas ‘por la paz, tres Aves Marías’. Las mujeres, de preferencia, han optado mucho por esa ‘táctica’ (que no estrategia), de callar, templar ánimos y todo, con la intención positiva (aunque, recordémoslo, el infierno está pavimentado de buenas intenciones), de evitar conflictos o de aplacarlos ya fuera en el terreno de la familia, el trabajo o las amistades. No obstante, no es patrimonio de las mujeres el ‘callar’ o disimular que alguna conducta o acción del otro nos ha molestado. Los hombres también callan ante una falta de respeto, una ofensa o un malentendido por las mismas razones que lo hace una mujer: para evitar un conflicto, una ruptura. En el fondo, lo que subyace, es un miedo a la pérdida, a repetir el dolor por una pérdida cuyo duelo nunca se hizo. Un duelo enquistado o por abordar que ha contribuido a la merma de la confianza en una misma, en el descuido ¿Cobardeas o peleas?
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